martes, 17 de abril de 2012

Venus



Conocí a Venus personalmente mientras surgía de la espuma,
me hablo al oído y me dijo algo así como:
el Amor es sublime
es la Vida celeste, eterna
la energía que mueve el universo y los corazones,
los cuerpos y las almas,
por favor, ayúdala a subir a elevarse
y no dejes que descienda,
bajará algunas veces,
es fruto del cuerpo y sus reclamos térreos y exigencias,
pero tu suavemente y con gran industria
la elevarás de nuevo
para que así coja lo mejor del cielo y de la tierra.
Le dije a mi vez:
Bella Venus,
tu sabes que soy débil,
que mi alma se siente prisionera,
encerrada en tal sarcófago adámico,
pero se que con tu ayuda y apoyo
lograré recordar lo que ahora olvido
por decisión propia;
por favor noble dama,
no me falles jamás,
apóyame aunque te lleve a lugares oscuros
y placeres mundanos,
en realidad será mi forma de elevarte en cada momento e instante,
hasta que la memoria me permita contemplarte de nuevo,
desnuda, sin tapujos ni vergüenzas,
plena y radiante, como mi alma reclama,
y juntos acudamos a los esponsales sagrados
y yazcamos en el tálamo nupcial,
donde el tiempo se detiene
y el hombre recuerda que es Dios.


Venus, mirándome con ternura, me dijo suavemente al oído,
susurrando en voz selénica:
"queda tranquilo mi hijo, mi esposo, mi padre,
no puedo dejarte jamás aunque así lo quisiera
porque Yo soy gracias a ti,
a tu sacrificio y esfuerzo, a tu entrega,
recuérdalo siempre, somos lo mismo"
y dándome un casto pero profundo beso en la mejilla
volvió al mar, elevándose en espíritu vaporoso
hacia la cúpula del cielo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Yo soy gracias a ti, a tu sacrificio...". Estas palabras encierran una gran enseñanza.

El hortulano dijo...

Igual si quieres podemos comentar y desarrollar algo mas tu comentario.......