lunes, 23 de abril de 2012

Cuerpo y Alma










 

Estaba intentando escribir algo hoy, cuando el cuerpo, perezosamente, me decía, casi a gritos, que lo dejase para otra ocasión, mientras el alma contestaba, en voz sutil, que quizás si habia recibido inspiración es que era el momento de ponerme a la tarea. El primero ha seguido argumentando que no era necesario escribir por escribir, que podía hacerlo en otro momento e incluso que la luz que llegaba no era la más propicia para estos eventos literarios. La segunda callaba transmitiendo un calor silencioso, agradable y potente a la vez, que finalmente me ha hecho ponerme a la tarea inicialmente propuesta.

Uno, que ha purgado jardines variados, sabe que si la tarea de quitar las malas hierbas del terreno se pospone demasiado, no conseguirá jamás que semilla alguna no ya fructifique sino que simplemente encuentre grato y acogedor lugar para enraizar y ubicar allí su morada.

A mi, a veces, me ocurre algo parecido, pero debido a la experiencia agrícola vivida, poca pero intensa, decido hacer cada cosa a su debido tiempo, escuchando el alma de las semillas antes de que su cuerpo siquiera haya brotado.
Al fin y al cabo, dicen que nuestra vida es como un inmenso jardín donde el buen ciudado del terreno, la atención a las aguas y la adecuada elección de las semillas que en él plantemos, determinarán su verdor.

Es una práctica que me gusta.

El Hortulano.

martes, 17 de abril de 2012

Venus



Conocí a Venus personalmente mientras surgía de la espuma,
me hablo al oído y me dijo algo así como:
el Amor es sublime
es la Vida celeste, eterna
la energía que mueve el universo y los corazones,
los cuerpos y las almas,
por favor, ayúdala a subir a elevarse
y no dejes que descienda,
bajará algunas veces,
es fruto del cuerpo y sus reclamos térreos y exigencias,
pero tu suavemente y con gran industria
la elevarás de nuevo
para que así coja lo mejor del cielo y de la tierra.
Le dije a mi vez:
Bella Venus,
tu sabes que soy débil,
que mi alma se siente prisionera,
encerrada en tal sarcófago adámico,
pero se que con tu ayuda y apoyo
lograré recordar lo que ahora olvido
por decisión propia;
por favor noble dama,
no me falles jamás,
apóyame aunque te lleve a lugares oscuros
y placeres mundanos,
en realidad será mi forma de elevarte en cada momento e instante,
hasta que la memoria me permita contemplarte de nuevo,
desnuda, sin tapujos ni vergüenzas,
plena y radiante, como mi alma reclama,
y juntos acudamos a los esponsales sagrados
y yazcamos en el tálamo nupcial,
donde el tiempo se detiene
y el hombre recuerda que es Dios.


Venus, mirándome con ternura, me dijo suavemente al oído,
susurrando en voz selénica:
"queda tranquilo mi hijo, mi esposo, mi padre,
no puedo dejarte jamás aunque así lo quisiera
porque Yo soy gracias a ti,
a tu sacrificio y esfuerzo, a tu entrega,
recuérdalo siempre, somos lo mismo"
y dándome un casto pero profundo beso en la mejilla
volvió al mar, elevándose en espíritu vaporoso
hacia la cúpula del cielo.

lunes, 9 de abril de 2012

Resurrección



Ha terminado la semana de las semanas, la Semana Santa que rememora la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.

Y por si alguno estuviera presto a comentar "bueno, pero te has olvidado de la resurreción", añado ahora que en absoluto he tenido tal lapsus sino que he dicho bien, se celebra la pasión y muerte, casi de foram osbcena en cuanto a la fijación en el dolor y el sufrimiento, dejando la resurrección para un ratito el domingo que culmina esta precosa y preciada semana.

Y tanto es así que basta con observar que el número de procesiones dedicadas a la resurreción es ínfimo en comparación con el resto. Hasta el cine mantiene tal dinámica pues en cualquier película dedicada al tema que nos ocupa (y que quizás debería ocuparnos mucho más durante el resto del año) tras dos horas se dedican unos minutos a la Resurreción de Jesus, el Cristo, como de pasada, casi con vergüenza me atrevería a decir.

Porque, claro está, el dolor es más creíble, asumible, pero que alguien resucite de esa forma tan espléndida es algo que cuesta creer incluso, me atrevo a decirlo, a muchos de los que forman parte de la propia Iglesia.

Cierto es que Jesús, el Cristo, lavó todos nuestros pecados con su sangre y mas cierto es que nos perdonó asi antes incluso de que los cometamos. Pero ¿no es más cierto que la promesa de la resurrección, del triunfo sobre la muerte es el logro más espléndido y total al que podemos optar? ¿Acaso todos no tememos a la muerte, acaso todos no queremos vivir eternamente?

Falta FE, con mayúsculas, esa de la que Jesus dio ejemplo constante, falta FE para que en lugar de imaginar idealizadamente que nuestra alma pervivirá en el Paraiso (lo cual no discuto en absoluto) cabe la posibilidad de disfrutar de tal lugar con el alma pero acompañada del cuerpo, pero no de un cuerpo cualquiera sino de uno resucitado, del cual Tomás dio constancia plena, positiva y genial al tocarlo físicamente.

Jesús cumplió una promesa y dio ejemplo con Su Vida, honrémosle.