viernes, 29 de mayo de 2009

La Palabra Viva



El rito tiene una función clara, cual es la de asegurarse que se mantiene algo sin modificaciones, permitiendo así su transmisión veraz y auténtica. El problema es que según pasa el tiempo se termina por confundir el continente con el contenido, creyendo que ambos son una sola y misma cosa que se manifiesta y expone en el rito concreto.
Lo cierto es que el continente debería vehicular el contenido, y el que ejecuta ese rito debería, asimismo, darle vida, dotarle de esencia y revivificarlo.
Así, los misterios se realizan en forma de rituales que permiten esa inamovilidad y virginidad esencial en cuanto a lo que se pretende transmitir, mostrar y enseñar. Viendo lo que ocurre actualmente, donde observamos mucho continente pero con una completa ausencia de contenido, no está de más recurrir a uno de los que, en su orígen, aseguraban justo lo que aquí pretendemos defender: la diferencia esencial entre el tronco-raíz y sus ramas.
Clemente de Alejandría: STROMATA I, 1, 13, 2

El Señor no reveló a muchos lo que no estaba al alcance de muchos, sino a unos pocos, a los que sabía que estaban preparados para ello, a los que sabía que podían recibir la palabra y configurarse con ella.
Los misterios, como el mismo Dios, se confían a la palabra (viva), no a la letra. Y si alguno objeta que está escrito que "nada hay oculto que no haya de manifestarse, ni escondido que no haya de revelarse" (Mt 10, 26), le diremos que la misma palabra divina anuncia que el secreto será revelado al que lo escucha en secreto, y que lo oculto será hecho manifiesto al que es capaz de recibir la tradición transmitida de una manera oculta, como la verdad.
De esta suerte, lo que es oculto para la gran masa, será manifiesto para unos pocos. ¿Por qué no todos conocen la verdad? ¿Por qué no es amada la justicia, si ella está en todo el mundo? Es que los misterios se comunican de manera misteriosa, para que estén en los labios del que habla y de aquel a quien se habla; o, mejor dicho, no en el sonido de la voz, sino en la inteligencia de la misma.
Dios concedió, en efecto, a la Iglesia, "que unos fueran apóstoles, otros profetas, otros evangelistas, otros pastores y maestros, para perfeccionamiento de los santos, para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo" (Ef 4, 14).


9 comentarios:

Alchemy dijo...

Interesante y cierto. Se ven muchos continentes y escaso contenido (al menos de la verdadera esencia de las cosas). Lamentablemente muchos cultos, se han quedado solo en eso: ritos, que en muchos casos han sido desvirtuados. De allí tanta confusión.
Seguramente tendremos que aquietar nuestra mente y tratar de encontrar las verdaderas respuestas en nuestro interior y así discernir y no dejar todo en manos de los llamados "maestros".

Agradezco que compartas estos textos.
Un abrazo:
Alchemy

El Hortulano dijo...

Ese interior, precisamente, es el que reclama su parte.

Muchas gracias a ti por leerlos y tomarte la molestia de comentarlos.

Un abrazo.

Baruk dijo...

Muy adecuado Elias y el cuervo para ilustrar la palabra viva, curiosamente es un cuervo quién la trae.

Un saludo

Miserere mei Domine dijo...

Los ritos son como libros donde se revela lo Divino a quien sabe entender el lenguaje. Por eso todo rito, termina por ser una cáscara vacía... pero esto es así y es además necesario,... ya que tenemos que se nosotros quienes llenemos esa cáscara con el significado correspondiente.

Quienes viven de exterioridades no entienden el inmenso cosmos interior que olvidan.

Clemente de Alejandría es uno de mis autores preferidos y su Stromata está llena de breves pasajes que están destinados a quien sepa leerlos y entenderlos.

Estupenda entrada Hortulado. Gracias ;)

Miserere mei Domine dijo...

Se me pasaba... :) La palabra viva representa la revelación de lo Divino como eterno, inmenso, insondable paradigma. Ahí esté el misterio que Clemente nos sugiere sutilmente. Para comunicar esta palabra viva comunicante y receptor deben ser capaces de hablar y entender el mismo lenguaje.

Resaludos ;)

Pilar Moreno Wallace dijo...

Muy interesante, mucho. Tomaré el tiempo para leerte.

El Hortulano dijo...

Baruk: El cuervo es la negrura, fíjate que ese es el primer color en la Alquimia, la putrefacción, la necesaria muerte para poder renacer.

Miserere: Efectivamente, muy cierto lo que dices. Algunos entienden que esa Palabra, por estar precisaemten Viva, es algo actual y actualizable, perfectamente presente. La letra mata pero el Espíritu vivifica. La letra vivificada por el Espíritu está viva y transmite lo mismo que es, su naturaleza.

Pilar: Muchas gracias por tu amable visita y por seguir este humilde blog. Me he peusto en la labor de mirar los tuyos y me he animado a seguirte por la calidad que contienen.

Hermoso país el tuyo, donde me sentí como si estuviera en mi propia casa donde espero regresar en otro buen momento.

Baruk dijo...

Normalmente es lo que se dice, que el cuervo es la negrura en alquimia, y no dudo que anuncie la putrefacción, lógico. Pero lo que es seguro y no lo cuentan los de la alquimia, es que la representación del icono que has colgado es uno de los más celebres y repetidos en los talleres iconográficos, y es así porqué, el mensaje de esa palabra viva a la que os referís la trae el cuervo, un cuervo negro como el de Elías, un cuervo negro que penetra diariamente en la cueva y que porta en su pico el pan de los ángeles y cuya asimilación del alimento acaba por inducir la manifestación de Dios en la cueva. "Que haces aquí Elías? (1 Reyes 19:13)".

Lo que hace plantearme la misma reflexión.

Alquimicamente hablando, espero haberme expresado bien.

Un saludo

El Hortulano dijo...

Te has expresado perfectamente.

Un saludo.